Solemne Eucaristia Fieles y Devotos del Stmo Cristo del Amor

Asociación Piadosa Stmo Cristo del Amor 1959-1976


A partir de 1943 comenzó a salir en vía crucis por las calles de El Puerto sin andas ni parihuela, en brazo de los devotos. Posteriormente se afianzó esta costumbre con el impulso del capellán del Convento de las Capuchinas, Francisco Duque, que creó a principios de 1959 la Asociación Piadosa Cristo del Amor, al residir en un Convento de monjas no podía constituirse como Hermandad. La misión cofrade era llevar al venerado Crucificado al cercano Penal de la Victoria en la noche del Jueves Santo. A partir de 1943 comenzó a salir en vía crucis por las calles de El Puerto sin andas ni parihuela, en brazo de los devotos.










La misión cofrade era llevar al venerado Crucificado al cercano Penal de la Victoria en la noche del Jueves Santo.
La Asociación Piadosa tenía entre sus compromisos visitar a los presos el resto del año, como así hicieron sus miembros hasta incluso después de la disolución de la entidad. El primer desfile y estación en el penal, fue en el año de la fundación.
Los hermanos llevaban un hábito de estameña marrón, a inspiración de las ropas capuchinas, con una amplia capucha blanca, al igual que su Titular. En cada parada se postraban de rodillas. El Cristo, portado en parihuela desde 1960, sobre un reducido calvario de flores moradas, sólo estaba iluminado por cuatro hachones, en unos cubillos sobrios. Funcionarios de prisiones custodiaban el pequeño paso.










La procesión salía del Convento para dirigirse por calle Larga hasta la Carrera Oficial, después al penal, por las calles Ganado, Cielo y el Paseo de la Victoria. El Cristo era izado en la puerta principal por una cuerda atada al madero. Un grupo de hermanos portaba a hombros la imagen por el patio, mientras los presos oraban o cantaban saetas. Nunca se llegó a cumplir el deseo de poder amnistiar a algún recluso, como se solicitó reiteradamente al ministerio del Interior.



La Asociación se disolvió en 1976 porque las Capuchinas se trasladaron a las afueras de la ciudad y se anunciaba también el traslado de la prisión. La procesión era inviable y la asociación perdía así sentido.  Desde entonces el Cristo está situado en la pared principal de ladrillo de la capilla del convento, sin realizar ninguna salida salvo para su restauración en el año 2005 por D. Enrique Ortega.


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