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A partir de
1943 comenzó a salir en vía crucis por las calles de El Puerto sin andas ni
parihuela, en brazo de los devotos. Posteriormente se afianzó esta costumbre
con el impulso del capellán del Convento de las Capuchinas, Francisco Duque,
que creó a principios de 1959 la Asociación Piadosa Cristo del Amor, al residir
en un Convento de monjas no podía constituirse como Hermandad. La misión
cofrade era llevar al venerado Crucificado al cercano Penal de la Victoria en
la noche del Jueves Santo. A partir de 1943 comenzó a salir en vía crucis por
las calles de El Puerto sin andas ni parihuela, en brazo de los devotos.
La misión cofrade era llevar al venerado Crucificado al
cercano Penal de la Victoria en la noche del Jueves Santo.
La Asociación Piadosa tenía entre sus compromisos visitar a
los presos el resto del año, como así hicieron sus miembros hasta incluso
después de la disolución de la entidad. El primer desfile y estación en el
penal, fue en el año de la fundación.
Los hermanos llevaban un hábito de estameña marrón, a
inspiración de las ropas capuchinas, con una amplia capucha blanca, al igual
que su Titular. En cada parada se postraban de rodillas. El Cristo, portado en
parihuela desde 1960, sobre un reducido calvario de flores moradas, sólo estaba
iluminado por cuatro hachones, en unos cubillos sobrios. Funcionarios de
prisiones custodiaban el pequeño paso.
La procesión salía del Convento para dirigirse por calle Larga hasta la Carrera Oficial, después al penal, por las calles Ganado, Cielo y el Paseo de la Victoria. El Cristo era izado en la puerta principal por una cuerda atada al madero. Un grupo de hermanos portaba a hombros la imagen por el patio, mientras los presos oraban o cantaban saetas. Nunca se llegó a cumplir el deseo de poder amnistiar a algún recluso, como se solicitó reiteradamente al ministerio del Interior.
La
Asociación se disolvió en 1976 porque las Capuchinas se trasladaron a las
afueras de la ciudad y se anunciaba también el traslado de la prisión. La
procesión era inviable y la asociación perdía así sentido. Desde entonces el Cristo está situado en la
pared principal de ladrillo de la capilla del convento, sin realizar ninguna
salida salvo para su restauración en el año 2005 por D. Enrique Ortega.
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